La cooperación, nuestro instinto más
básico y
su relación con la educación actual
Existe la creencia de que la evolución sólo se da con base en la
competencia pero cuando la competencia llega al límite, donde ganar implica la
propia destrucción y la del ambiente, no queda sino cooperar.
Muchos ejemplos los podemos encontrar en la naturaleza: los cardúmenes
de peces existen por la cooperación entre los individuos que se unen para
sobrevivir al ataque de los predadores. Incluso es tan fuerte este instinto de
cooperación que los peces se turnan las posiciones donde están más expuestos a
dichos ataques.
La cooperación inter-especies en los ecosistemas es indispensable para
la sobre vivencia de los ecosistemas. Como ejemplo: en las áreas en las cuales
el equilibrio entre presas y depredadores se puede observar cómo los carnívoros
grandes como el león matan a las presas grandes como el ñu o la cebra. Cuando
todavía están comiendo empiezan a llegar predadores y carroñeros de otras
especies que aparentemente quieren competir con el león por la comida. Pero en
realidad lo que aparenta ser una competencia es solo el instinto de alimentarse
que los hace apresurar su turno para comer, pues los leones hacen la tarea
pesada, descuartizan y comen los grandes trozos de carne. Después otros
predadores o carroñeros como los buitres comen las entrañas y dejan tendones y
cartílagos para hienas o chacales. Luego los insectos se encargan de terminar
la limpieza para que el equilibrio del ecosistema se sostenga limpio y con un
mínimo de especies dañinas. Esto fácilmente se puede comprobar en los lugares
donde hay una escasez de predadores. Se ha podido observar una cebra muerta por
un auto, escoltada por una bandada de buitres que no podían comer por no estar
rota la piel y estaban esperando que se descompusiera la carne para poderlo
hacer. En ese lugar el olor era insoportable y había una gran cantidad de
moscas y otros insectos que mientras esperaban los acontecimientos no dejaban
de atacar a otros animales incluyendo los observadores humanos.
Esto no quiere decir que neguemos la competencia, pero ésta erróneamente
ha sido considerada como el puntal de la evolución.
En lo social el ser humano ha ido dando predominio a la competencia cada
vez más, debido a la ambición por los recursos del planeta y el poder. Pero,
¿qué no es la cooperación el que dos o más individuos se unan para superar un
obstáculo, como competir contra otro grupo o "equipo"? Sólo tras
grandes catástrofes se llega a un grado máximo de cooperación. Nuestro
país Chile, ha sido un ejemplo claro de aquello posterior a los grandes
terremotos.
La cooperación relacionada con los principios constructivos debe existir
antes que la competencia, debido que esta última se relaciona con los
principios destructivos, ya que requiere un gran gasto de energía del sistema
mismo a diferencia de la cooperación que toma energía del medio ambiente.
(Considerando que el medio ambiente de cualquier organismo está formado por
todo lo externo a él).
Entonces la
pregunta que surge es ¿Porque si los seres humanos son seres sociales que,
desde el principio, persiguen la compañía y la relación con los demás, seguimos
insistiendo en una educación centrada en la competencia, representada en las
calificaciones y éxitos individuales de los estudiantes, premiando social y
materialmente estos éxitos y depreciando aquellos estudiantes que tienen un
promedio de rendimiento y calificaciones más bajas? ¿No deberíamos entonces
enseñar a nuestros niños a cooperar con aquel que tiene un grado de dificultad
en aprender en vez de segregarlo y estigmatizarlo, llegando al punto de hacerlo
reprobar un curso por no estar al nivel del resto de grupo?
El ser humano es
un animal proclive a la socialización, la cooperación, la empatía, (salvo
excepciones patológicas). Lo contrario es ir en contra de nuestra naturaleza.
“Las cosas verdaderas se aprenden por amor al aprender, por amor a la verdad, por el deseo de saber. No por la obligación de las calificaciones.”
Claudio Naranjo